Queridos lectores:

En nuestra segunda entrada, sábado 14, les presentamos algunas fotos del taller de mitología que brindamos en el Centro de exposiciones. Nos faltó señalar, pero ustedes lo habrán notado, que nuestros talleristas son adolescentes: chicos y chicas de entre doce y dieciséis años, oriundos de distintos barrios de San Miguel.

Estuvimos encantados de compartir ocho encuentros con ellos. Y utilizamos la palabra encuentro y no clase, ya que la dinámica de trabajo implicó otro tipo de relación de los chicos con el saber. Como en todo taller extraescolar, desapareció el rol del profesor/-a, al que estamos acostumbrados en nuestros coles, y apareció el de coordinador/-a. Tampoco, los concurrentes fueron alumnos/-as, si no talleristas (palabra que empleamos con anterioridad y de la que nos seguiremos valiendo). Obviamente, no existieron las pruebas ni las participaciones forzadas, tampoco hubo nota conceptual ni llamados de atención. Sí existió el respeto y las ganas de asistir por propia voluntad, una voluntad motivada por el gusto, el interés y las ganas de más. En fin, el sueño realizado para nosotros y para ellos.

En esos ocho sábados abordamos entre todos el concepto de mito y los orígenes de la mitología greco- romana. Alentamos a los héroes en sus difíciles empresas, suspiramos con las historias de amor, temimos a la ira y a los caprichos de los dioses, como así también a sus castigos. Nos aterrorizamos ante la figura de varios monstruos y sentimos tranquilidad y a veces indignación a causa de algunas metamorfosis.

En esos ocho encuentros, nosotros, Paula y Alejandro, nos nutrimos de la lectura de historias que nos siguen fascinando y de las producciones escritas y dibujos que los chicos/-as producían. Nos llenó de alegría saber que muchos adolescentes se dejan atrapar por relatos sorprendentes que datan de tiempos en los que la cultura occidental se estaba gestando.

Regresando a las fotos que mencionamos al inicio, debemos agregar que fueron tomadas el último sábado. Los/-as talleristas se despidieron, parcialmente, con algunos juegos de ingenio, creados por nosotros sobre la base de conocimientos vistos en el taller. Compartieron, también, algunas cosas ricas y recibieron un diploma de asistencia otorgado por la Biblioteca de San Miguel, junto con una carpeta, en la que aparecían todos los mitos leídos, y un dvd con algunas de las historias vistas en el taller.

Esperamos que el amor por la mitología de estos chicos y chicas, y de muchos más que no conocemos, siga creciendo y que, al igual que ésta, logre vencer las barreras del tiempo.